El templo y el ex convento datan del primer tercio del siglo XVI concluyéndose hacia la primera mitad del siglo XVII. La portada fue realizada en cantera gris como la Catedral Angelopolitana; en vano de la entrada ostenta un arco de medio punto, decorado con motivos florales cincelados que froman un circulo pétreto; en su interior persisten antiguas piletas de agua bendita que siguen siendo utilizadas por los devotos. El interior de la parroquia es de una sola nave, cuenta con una capilla de la Soledad que fue construida durante la segunda mitad del siglo XVIII.